Muchos son los rumores que circulan en torno al placer derivado del ejercicio físico. Pues parece que la anatomía tiene la respuesta y la red le ha puesto un nombre: coregasm.

Tras mucho investigar (el primero de los estudios lo realizó el sexólogo Alfred Kinsey en 1953) se ha demostrado que trabajar ciertos músculos de la zona abdominal puede inducir al orgasmo. Al inducir al ejercicio del suelo pélvico y el abodomen se producen contracciones que desencadenan una reacción placentera.

¿Pero cómo se trabaja? Sobre todo son disciplinas como el yoga y el pilates las que tienen más presente esta zona. Pero según los expertos el ejercicio que más favorece el coregasm es un trabajo abdominal que se practica sentada en el suelo, con el apoyo de las manos y las piernas elevadas.

¿Necesitas más incentivos para ir al gimnasio?

Imágenes: @jordankduffy, @pilatesbody_ut.