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  • Cuidados

    Abriga tu piel

    15 octubre, 2018 Redacción

    El frío es uno de los agentes externos que más puede agredir la piel: la barrera epidérmica se vuelve más frágil, hay mayor riesgo de ruptura y una menor elasticidad, y todo ello favorece una tendencia de la piel a inflamarse más fácilmente y facilita la aparición de eczemas. Como nos explica la experta en piel Inmaculada Canterla (farmacéutica miembro de la SEMAL y la SEMCC) “es un hecho objetivo que en invierno se producen más brotes de dermatitis atópica, con lo que el clima (temperatura y humedad) están implicados claramente en su evolución. A menor temperatura, se reduce la hidratación de la piel, la producción de sebo y aumenta la sensación de picor”. La especialista y Directora de Cosmeceutical Center ha elaborado un decálogo específico con consejos para proteger la piel de las bajas temperaturas.

    ¿Cómo afecta el frío a la piel?
    “El frío es un factor climático que puede afectar al ADN celular de la piel, al generar una mayor fragilidad capilar que produce que la piel esté más apagada y menos elástica; afecta también a la capa superficial (córnea) que pierde el agua que contiene y en consecuencia se agrieta y descama; además retrasa el ciclo de la renovación celular y aumenta la sensibilidad de la piel, empeorando las pieles con rosácea, dermatitis, etc.” explica Inmaculada Canterla.

    1. No hay que olvidar el uso del filtro solar en invierno.

    2. Utilizar cosmecéutica formulada con los siguientes activos por sus propiedades reparadoras, protectoras y regeneradoras como: aceites naturales vegetales (como el aceite de sésamo, el aceite de macadamia, el aceite de chia), Vitaminas B3 y B5, Teprenona (que va muy bien para calmar las pieles hipersensibles) y Vitamina K2 (para reforzar las paredes de los capilares).

    3. Ayuda micronutricional con suplementos tipo: Aceite de Prímula (con ácidos grasos esenciales insaturados que es útil en trastornos de la piel y del pelo), Zinc (agente antiinflamatorio y antioxidante), Omega 3 (se recomienda comer pescado azul y/o suplementar con aceite de pescado purificado y concentrado).

    4. Beber entre 1,5 y 2 litros de líquido al día.

    5. Las calefacciones no son beneficiosas para la piel. Por ello es es aconsejable utilizar humidificadores ambientales en casa, para contrarrestar los efectos de la calefacción y mantener el ambiente con mayor humedad relativa.

    6. Se aconseja realizar duchas (no baños) tibias y cortas.

    7. En las duchas mejor no emplear esponjas ni frotar la piel. Y después, secarse con toques (no frotando la piel) con toallas de algodón.

    8. Es imprescindible utilizar crema hidratante a diario, después de la ducha, para evitar la sequedad (incluso, 2 veces al día).

    9. Después de hacer deporte es importante ducharse rápido, para evitar que el sudor reseque más la piel.

    10. Emplear tejidos que no irriten la piel (algodón y/o lino) más que otros que puedan irritarla (lanas y/o poliéster).

    Imágenes: Unsplash

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