El pelo, ese preciado tesoro que ansiamos mantener sano, suave y voluminoso, comienza a caerse con mayor fuerza a partir de los 40. Las causas son múltiples, desde la genética, hasta el estrés, las dietas rápidas y los cambios hormonales producidos por la píldora o por la menopausia, así como la inflamación del cuero cabelludo.

En el caso de pérdida de pelo por razones genéticas, los dermatólogos recomiendan minoxidil, un medicamento de uso tópico indicado para estimular el crecimiento y frenar la caída. Es aconsejable seguir el tratamiento durante al menos tres meses para empezar a ver los resultados.

Para pérdidas por estrés, se recomienda tomar biotina con zinc, una fórmula especialmente indicada para la caída del cabello. La ingesta continuada de este suplemento de seis a doce meses es suficiente para empezar a ver resultados.

En el caso de inflamación del cuero cabelludo, se recomienda visitar a un especialista. Para estados menopáusicos, se recurre a la espironolactona o al acetato de ciproterona, antiandrógenos orales que tratan la alopecia femenina en estados avanzados.

Mientras los medicamentos y los suplementos hacen su trabajo, el uso de champús con fórmulas especiales contribuyen a aportar volumen al cabello, como los tratamientos Fibralogy y Aginina Resist de Elvive L’Oreal Paris.

Imágenes: D.R.