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    7 mitos sobre la higiene femenina

    24 septiembre, 2020 Redacción

    El funcionamiento del cuerpo femenino, y en especial la menstruación, han sido siempre un gran tabú que aún hoy en día no se ha derribado por completo. La falta de información y de educación han sido las “responsables” de que hayan proliferado historias y mitos alrededor de la menstruación y la higiene íntima femenina que no tienen base real alguna y cuyas creencias, en ocasiones, pueden ser contraproducentes para nuestro cuerpo.

    En el caso de la regla, la información no sólo es poder, sino la única manera de que estas “falsas teorías” desaparezcan en favor de un mejor conocimiento del funcionamiento del cuerpo de la mujer en general.

    1. La depilación completa de la zona genital es la opción más higiénica. En este caso el NO es rotundo. El vello púbico es una barrera de protección natural contra las bacterias que ayuda a prevenir infecciones Por eso, los especialistas recomiendan mantener cierto nivel de vello protegiendo zonas sensibles como el clítoris y la uretra. Además, si tienes foliculitis o piel atópica, puedes tener problemas a consecuencia de la depilación.

    2. Los lavados vaginales periódicos son necesarios. La vagina posee un pH entre 4 y 5 (que es una escala de acidez y alcalinidad, mientras más ácido, mejor) y el continuo lavado de la zona puede alterar la flora vaginal y convertirla en vulnerable frente a posibles infecciones. En este sentido, es preferible utilizar productos específicos y evitar las duchas vaginales.

    3. Los salvaslips te mantendrán siempre fresca y limpia. Este tipo de protector diario no permite la ventilación adecuada de la zona íntima, sino todo lo contrario, favoreciendo la humedad, el calor y con ello, las infecciones vaginales. Prueba a no usarlos y verás cómo tu fluido disminuye, sintiéndote más cómoda.

    4. El tampón y la compresa: la versión más cómoda para la regla. Según un estudio realizado por INTIMINA, a lo largo de toda su vida, una chica utilizará, de media, 319.200 compresas, lo que supone 1.673,52 €. Y en el caso de los tampones, utilizará 145.920 unidades, cuyo equivalente es 2.389,44€. Más allá del aspecto económico, ¿sabías que la mayoría de los tampones están elaborados con una combinación de algodón y rayón (un material sintético de la pulpa de madera), y de determinados plásticos y aditivos con químicos y pesticidas?

    Para las mentes más comprometidas con el medioambiente, existen las copas menstruales, un método que se está extendiendo cada vez más, pero que se encuentra con ideas preconcebidas que están muy lejos de la realidad.

    Las copas menstruales hipoalergénicas, están fabricadas en silicona de grado médico (sin químicos dañinos o fibras) y pueden llevarse hasta 12 horas seguidas. No absorben, sino que recogen el flujo menstrual y protegen el equilibrio íntimo. Además, no contienen ningún elemento nocivo y son reutilizables, por lo que se convierten en la opción más segura para la mujer y sostenible para el medio ambiente.

    Si te animas a pasarte a la copa menstrual, te recomendamos las Lily Cup, Lily Cup Compact y Lily Cup ONE (primera copa diseñada para adolescentes) de INTIMINA. El precio de cada una ronda los 20€.

    5. El tanga y la ropa ajustada es muy cómoda y además, ¡está de moda! Más allá de las tendencias, debemos elegir la ropa que utilizamos asegurando que se “lleva bien” con nuestro cuerpo. Los pantalones ajustados pueden dañar tu vagina ya que no permiten la transpiración natural de los genitales, aumentando las infecciones o posibilidades de padecer enfermedades. ¿La mejor opción? Puedes alternar faldas o pantalones de telas fluidas y más amigables con tu cuerpo. Por otro lado, el tanga facilita el intercambio de bacterias entre la vagina y el ano, traduciéndose en posibles infecciones. La ropa íntima completa y de algodón: la mejor alternativa.

    6. Una vagina sana huele a flores. Este falso mito fue el que alimentó otras falsas creencias como las duchas vaginales, la depilación completa o el uso de salvaslips. La vagina posee una flora que trabaja constantemente para mantener el pH ácido natural, por lo tanto, es muy normal que tu vagina huela “a agrio” e incluso, al tener tantos pliegues ¡transpire!

    7. Si te pica, ¡es porque tienes hongos! La zona íntima es muy sensible y el picor, a pesar de ser habitual, no siempre significa que se trate de candidiasis. Alergias a distintos géneros de tu ropa interior (como el encaje, por ejemplo), la sequedad vaginal, la mala higiene íntima, la menopausia o la depilación, pueden ser algunos de los causantes de estos picores.

    Imágenes: Cordonpress

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