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    Cuando los anillos de venus se convierten en las nuevas patas de gallo

    26 octubre, 2020 Redacción

    La cirujana general y médico estético Virtudes Ruíz nos habla de cómo poner solución a los signos posturales y de envejecimiento que aparecen en la zona del cuello. ¡Toma nota!

    Las búsquedas en Google de “crema de cuello” han aumentado hasta un 61% en España. Y es que, el cuello ya nos preocupa más que las patas de gallo. El dato: a un 28,4% de mujeres lee obsesionan sus patas de gallo y hasta un 32% el cuello.

    A nadie se le escapa el aumento de las relaciones sociales y reuniones de trabajo a través de las cámaras del ordenador, la tablet y el móvil y de plataformas como Zoom, Teams, Meet, StarLeaf… Esto hace que nos fijemos mucho más en una zona a la que, hasta ahora, no prestábamos atención. Además, no solo nos fijamos más, sino que al estar todo el rato mirando hacia abajo, los signos posturales y de envejecimiento se agravan. Es lo que se conoce como síndrome Tech-Neck”, describe la cirujana general y médico estético María Vicente.

    Desde una nueva perspectiva

    Debido a que las cámaras de los ordenadores y de los móviles nos toman la imagen desde abajo hemos podido observar nuestro cuello desde una perspectiva que nada tiene que ver con el espejo del baño habitual, y nos hemos dado cuenta de la flacidez y las arruguitas que tenemos en esta zona (llámense cuerdas del cuello, bandas platismales o anillos de Venus)”, añade la cirujana general y médico estético Virtudes Ruíz.

    Ventajas de esta “nueva normalidad”

    El tratamiento del cuello es más difícil, en general, cuando tenemos síntomas visibles de flacidez. Es decir, cuando ya estamos para una cirugía de lifting facial (algo que no se suele consultar antes de los 65 años). Al darnos cuenta de eso ahora podemos realizar tratamientos preventivos para retrasar la cirugía o incluso evitarla. Porque para disfrutar de un cuello sano y joven debemos empezar a tratárnoslo a partir de los 40 años”, aconseja la doctora Ruíz.

    Soluciones médico estéticas:Se utiliza uno solo de estos tratamientos o una combinación de varios dependiendo de la edad, el sexo, los problemas y lo avanzado que estén estos (arrugas, flacidez, cuerdas platismales, grasa…)”, advierte la Dra. Vicente.

    Ultrasonidos focalizados: Se trata de unos ultrasonidos focalizados que se controlan mediante ecógrafo y realizan un lifting que reafirma y retensa el tejido que está “descolgado”. Con una sesión al año es suficiente. “Es poco agresivo y efectivo a largo plazo”, asegura la doctora Vicente. Precio/sesión: entre 600 y 2.500 €.

    Inductores de colágeno: Las infiltraciones de hidroxiapatita cálcica y policaprolactona (de forma más diluida que en la cara porque la piel es más delgada y delicada) inducen la formación de colágeno nuevo, que es el responsable de la firmeza y turgencia cutáneas. Consigue mejorar la calidad de la piel y reafirmar el cuello con tres sesiones anuales. Precio/sesión: entre 200 y 300 €.

    Hilos tensores: Se trata de hilos de PDO (polidioxanona) monofilamento muy pequeños, que se colocan con pequeños pinchazos y mediante agujas que sirven de guía del hilo. Al cabo de tres meses los hilos se han reabsorbido, pero han provocado la creación de colágeno y elastina nuevos, sustancias que recuperan la firmeza y elasticidad en la zona. Los resultados perduran entre 12 y 18 meses. Precio/sesión: desde 300 €.

    Ácido hialurónio y vitaminas: Consiste en aplicar por todo el cuello ácido hialurónico no reticulado (más diluido) junto con complejos vitamínicos para mejorar la piel y las arruguitas incipientes desde el interior. Este cóctel se aplica con Nanosof: “una especie de bolígrafo que termina en tres mini agujas punzantes de 0,6 mm, lo que permite introducir los activos siempre a la misma profundidad, sin molestias, hematomas ni inflamación, y con extrema seguridad y precisión”, describe la Dra. Vicente. Suelen ser necesarias 2 ó 3 sesiones para mejorar la hidratación, la densidad de la piel y las arrugas horizontales del cuello (anillos de Venus). Precio/sesión: 150 €.

    Toxina Botulínica: Aunque es cierto que la indicación de la toxina botulínica es el tercio superior, la experiencia dice que “si se inyecta ésta en las cuerdas del cuello o bandas platismales es capaz de relajar los músculos para que no se formen arrugas al gesticular o inclinar la cabeza para ver las pantallas”, asegura la Dra. Ruíz. Con una sesión es suficiente para disfrutar de resultados 6 meses. Precio/sesión: 300€

    Radiofrecuencia médica: Se trabaja todo el área del cuello y el escote con radiofrecuencia médica bipolar superficial. “La energía alcanza la dermis a través de dos electrodos por los que circula corriente electromagnética y una sensación de calor suave durante 30 minutos. Así se índice directamente en las fibras de colágeno y elastina, haciendo que la piel se contraiga. La consecuencia visual es una redensificación y estiramiento cutáneo”, describe la Dra. Ruíz. Hacen falta 10 sesiones de media y para disfrutar de resultados máximos hay que esperar mes y medio, que es el tiempo que tarda el cuerpo que formar colágeno nuevo. Precio/sesión: 100 €.

    Imágenes: D.R.

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