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    Aumento de glúteos: 10 claves para una cirugía exitosa

    17 febrero, 2020 Redacción

    El aumento de glúteos es una de las cirugías plásticas que va ganando popularidad año tras año. Según recoge la última encuesta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS), en 2018 se registraron más de 330.000 intervenciones quirúrgicas para aumentar el volumen del trasero, un 35,8% más que en 2014.

    El Dr. Ramón Calderón Nájera, cirujano plástico de Clínica FEMM y expresidente de la SECPRE, señala los principales aspectos que debe saber quien esté pensando en pasar por quirófano para aumentar y remodelar sus glúteos:

    Existen dos técnicas principales: aumento con grasa propia, también conocido como lipofilling o lipotrasferencia, y aumento con prótesis.

    El aumento con grasa propia está recomendado para quienes buscan un resultado natural y discreto. Para elegir esta opción, el paciente debe tener cierta cantidad de grasa (en flancos o abdomen, por ejemplo) que poder utilizar. La grasa extraída se reinyecta en las dos nalgas mediante la técnica de lipoestructura.

    Una vez que la grasa se prende al músculo, los resultados son permanentes, aunque se puede producir cierta reabsorción. En ese caso, si el paciente lo desea, puede volver a realizar un lipofilling a partir de los seis meses.

    Para quienes buscan un resultado algo más notorio, sin perder naturalidad y armonía, la mejor opción es el aumento con prótesis más lipofilling. El Dr. Calderón señala “que esta técnica proporciona resultados excelentes. Podemos realizarla en pacientes con mucha o poca grasa en abdomen o flancos, pues solo es necesaria una pequeña cantidad para almohadillar los bordes de la prótesis y que queden más naturales”.

    La prótesis se coloca dentro del músculo, a través de una incisión en el pliege intergluteo. No se palpa ni se visualiza. La grasa propia se transfiere para suavizar la transición entre la espalda y el glúteo y la zona lateral superior.

    Al igual que en el caso de las prótesis para aumentar el pecho, existen prótesis de glúteo redondas o anatómicas. La elección dependerá de las expectativas del paciente. Los volúmenes más habituales para obtener un trasero excelente sin perder naturalidad están entre los 250 y los 400 cm3.

    Los resultados son estables al cabo de dos meses y cuando la herida ha cicatrizado se puede realizar todo tipo de ejercicio, excepto aquellos que tienen un impacto continuado y directo, como la hípica.

    Las prótesis de glúteo son más duras y duraderas que las de pecho, por lo que es raras son las ocasiones en las que hay que cambiarlas. “En cualquier caso, recomendamos que el paciente acuda a las revisiones que marque su cirujano, que deberían ser de al menos seis durante el primer año. Y después, es conveniente que se realice alguna prueba de imagen, como ecografía, con cierta regularidad” añade el Dr. Calderón.

    Cuando se realiza esta cirugía, el paciente debe pensar no solo en el aspecto frontal del glúteo, sino también en cómo quedará en el perfil. Por eso, es importante acudir a profesionales especializados, que puedan recomendar y modelar en la cirugía tanto volumen como proyección.

    Utilizar la propia grasa para rellenar el glúteo, con o sin prótesis, también tiene un efecto muy positivo en la piel y en la mejora de las estrías.

    El aumento de glúteo es una cirugía plástica y, como tal, debe ser realizada por profesionales con la correspondiente formación. En España ejercen 1.031 profesionales que cuentan con la especialidad de cirujano plástico, aunque también es interesante tener en cuenta la experiencia en aumento de glúteo con la que cuente el cirujano que vaya a realizar la intervención.

    Imágenes: Freepik Premium

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