Si el secreto de belleza de Cleopatra era la leche de burra, el de las geishas eran los baños de sake.

Como suele ocurrir con los grandes hallazgos, fue el azar el que reveló las propiedades de la bebida asiática. Al observar cómo las manos de ancianos productores de sake parecían regarse con un bálsamo de la eterna juventud, descubrieron que sus componentes iluminan, suavizan y rejuvenecen la dermis.

Con tales bondades, el sake se ha convertido en el ingrediente de moda antiaging. Spas de lujo como el Aman Tokyo han incluido en su carta una terapia a base del redescubierto elixir de la belleza.

Para probar en casa:

En el proceso de fermentación del arroz (del cual se produce el sake) se genera la Pitera, un ingrediente rico en vitaminas y aminoácidos y un gran aliado para la salud de la piel. Es el activo principal de los productos de SKII.

Facial Treatment Essence, de SKII (107 €)

Un baño con un aceite de sake también contribuye a detoxificar el cuerpo y relajarlo.

Sake Bath, de Fresh (c.p.v.)

Imágenes: @thelovemagazine, D.R.

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