Los filtros de Instagram, bien utilizados, pueden salvarnos de un día de mala cara. Sin embargo, según para qué se utilicen, pueden resultar muy engañosos. Así lo vio la británica Sasha Pallari, creadora del movimiento #filterdrop, cansada de que muchas influencers en su país exageraran los resultados de productos de belleza suavizando el rostro con sutiles filtros, haciendo desaparecer poros y granos, y confundiendo a las usuarias de estas firmas, que corren raudas a comprarse productos que no obran los milagros que les han prometido.

La Advertising Standards Authority (ASA), el organismo de autocontrol publicitario británico, ha tomado la decisión de prohibir el uso de filtros, no a usuarios particulares de redes como Instagram, sino a influencers que se ganan la vida publicitando y cantando las alabanzas de ciertos productos de belleza.

“No pasa nada si no te atreves a salir en redes sin maquillaje, si no consigues tu iluminación favorita y si no sales sin un filtro. Lo que no está bien es engañar a tu audiencia para que se gaste el dinero en productos cosméticos que no dan los resultados que tú les haces creer. Deja de filtrar tu piel para vender”, dice Pallari en uno de los posts en los que denuncia este tipo de prácticas.

En estas fotos, Pallari denuncia el uso del filtro Paris, muy utilizado por las influencers británicas. «Este filtro se llama Normal por una razón. Incluso con iluminación, maquillaje y confianza, algunos aspectos han sido sido etiquetadas como fallos. No hay fallos en mi apariencia, no hay fallos en tu apariencia. Nos están diciendo que los tenemos y además se benefician de nuestras inseguridades.»

Según la BBC, Pallari, de 29 años, lanzó la campaña #filterdrop en julio de 2020 con la esperanza de ver «una piel más real» en Instagram. La ASA examinó dos vídeos compartidos por influencers que publicitaban productos de bronceado a los que se habían filtros filtros, tras lo que decidió que la nueva normativa se aplicaría a todas las marcas, influencers y celebridades del Reino Unido. En España, donde no existe una cultura del influencer de belleza, no existe una normativa similar, pero bien estaría estar atentas para que no nos den gato por liebre.

Imágenes: @sashapallari