Entrenamientos de alcance militar, carreras de élite y trabajos musculares de alta intensidad. Son disciplinas que se han instalado en la vida cotidiana de los amantes del fitness. Pero, ¿qué ocurre cuándo un cuerpo de complexión media y sin un pasado deportivo se somete a ellas? Lesión.

A la cada vez más demandada corriente en entrenamiento le ha salido un aliado. Se llama pre-hab (pre-habilitation o prehabilitación). Este anglicismo denota a las buenas maneras a la hora de estirar, corregir y recuperar el cuerpo. Sí, esa parte del final de la clase que se esquiva en muchas ocasiones. Pues ahora, reivindica su puesto como actividad por méritos propios.

Además de estiramientos, se fortalecen los músculos con el objetivo de evitar lesiones provocadas por el ejercicio.

EEUU cuenta con diversos estudios que integran el pre-hab, como Soho Strength Lab. En este espacio cuentan con una unidad en la que trabajan con electroestimulación y también masajes.

Pero a través del yoga y pilates puedes trabajar a fondo las necesidades del cuerpo para ponerlo más tarde a pleno rendimiento.

Imágenes: @karliekloss.