Planificar la comidas sin saltarnos ninguna, preparar nuestros propios platos, incluir ingredientes que aporten energía y recuperar nuestros horarios son algunas claves que pueden hacer más fácil nuestro regreso a la normalidad tras el verano.

Los cambios en nuestra rutina y los caprichos gastronómicos hacen que en vacaciones renunciemos a nuestros buenos hábitos alimenticios y nos encontremos en septiembre, con algunos kilitos de más. Si a esto le añadimos el cambio en nuestros horarios y que venimos de un periodo con menos horas de sueño, podemos encontrarnos con un nivel de energía muy por debajo de lo habitual. Desde Krissia nos proponen estos consejos:

Prohibido saltarte el desayuno: se trata de una de las comidas principales y seguramente la que más energía nos da para todo el día. Los batidos de frutas acompañados de cereales o los frutos secos pueden ser los mejores aliados para que tu nivel de energía no se agote tan fácilmente.

Planifica tus comidas: antes de realizar la compra es importante que dediques unos minutos a ordenar lo que vas a comer en los próximos días. El domingo puede ser un buen momento y de este modo comprarás solo lo necesario y evitarás la tentación de saltarte tu plan de nutrición. Esto ayudará a que vuelvas a tu forma física con mayor facilidad.

Aprovéchate de los beneficios de las ensaladas: las ensaladas ya no son solo cosa del verano y cada vez las tenemos más presentes en nuestro consumo diario. El motivo principal es que al ser un plato con base de ingredientes vegetales contienen gran cantidad de agua, potasio y son bajas en sodio, lo que aporta más hidratación y las convierte en un buen diurético. Además, podemos convertir las ensaladas en platos únicos añadiendo proteínas, que nos ayudarán a conseguir una mayor sensación de saciedad.

Haz que el tupper sea tu mejor amigo: para mantener una alimentación saludable, es muy importante que preparemos nuestras propias recetas bien sea en casa o para llevar a nuestro trabajo. Así podremos elegir ingredientes de mayor calidad y comer con cantidades muy inferiores de calorías y grasas saturadas.

Recupera tus horarios y hábitos de descanso: numerosos estudios señalan que las personas que duermen bien, cuentan con mejor forma física. Acostumbrados a acostarnos y despertarnos más tarde de lo habitual, puede que este punto nos cueste un poco más. Sin embargo, poco a poco y en cuanto recuperemos nuestros horarios, nos sentiremos mucho mejor.

Asimismo, no hay que olvidar mantener una buena hidratación en todo momento y, por supuesto, septiembre es el mes por excelencia de la vuelta a la rutina y esto incluye la vuelta a la realización de ejercicio. Para los que no son amantes del gimnasio, hoy existen un sinfín de opciones molonas: ballet, yoga, clases de box… Todas pueden ser buenas aliadas de nuestro bienestar.

Imágenes: D.R.