En pleno apogeo del estilo de vida saludable las intolerancias aparecen como uno de sus grandes retos. Y entre las más comunes de los últimos años aparece el gluten.
De hecho, según un artículo publicado en la revista JAMA Internal Medicine, de los 2,7 millones de americanos que no incluyen gluten en su dieta, solo 1,76 tienen enfermedades celiacas. La celiaquía es una enfermedad genética y autoinmune que afecta aproximadamente al 1% de la población. No tiene cura ni existen medicamentos que alivien sus síntomas, así que la única solución para las personas afectadas pasa por llevar una dieta libre de gluten. O lo que es lo mismo: exenta de trigo y sus derivados (Kamut, sémola, trigo duro, espelta, einkorn…) y libre de centeno, cebada y avena.

Siguiendo esta filosofía en los últimos años ha nacido la cosmética gluten-free. Pero qué hace que un producto esté dentro de esta categoría. La firma islandesa Bioeffect responde.

De acuerdo con los estándares europeos, un producto es «gluten-free» si su contenido en gluten es inferior a 20 partes por millón (ppm). En la misma línea, en 2013 la Administración de Alimentos y Medicamentos Americana (FDA) definió los productos sin gluten como «aquellos con una proporción de gluten por debajo de 20 ppm».

Las firmas que proponen este tipo de cosméticos como Bioeffect miden las trazas de gluten de todos sus productos a través de un protocolo llamado ELISA (complemento y ensayo inmunoenzimático), que forma parte de sus controles de calidad y que consiste en la realización de una serie de análisis bioquímicos específicos. Uno de los productos estrella de la marca, el Egf Serum contiene 13.000 veces menos de gluten que el límite previsto por la normativa.

Ya sabes cuál es la formulación correcta para celiacos, alérgicos o sensibles al gluten.

Imágenes: Instagram.