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    22 marzo, 2017 Redacción

    Cuántas veces has visto en el súper cómo cada vez más productos se presentan como súperalimentos, ricos en vitaminas, sin conservantes, colorantes o bajos en grasas. «En muchas ocasiones, la publicidad de los productos utiliza una determinada característica del mismo, considerada por la gran parte de los consumidores como algo beneficioso sin embargo para ocultar otra que no lo sea tanto», concluyen los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

    Uno de los ejemplos que ofrecen son algunas conocidas barritas de cereales que destacan el contenido de zinc y vitamina D y dejan para la parte de atrás el alto contenido en azúcares sencillos (15%). Estas son algunas de los falsos reclamos que debes alejar de tu dieta.
     
    Falsos integrales
    En España, si un producto aporta 3 gramos de fibra ya puede ser anunciado como “fuente de fibra” y, si supera los 6 gramos, como “alto contenido en fibra”. Sin embargo, esto no garantiza que el producto sea integral, ya que se le puede haber añadido posteriormente la fibra en forma de salvado.
    Para asegurarnos de que así sea, debemos leer detenidamente la lista de ingredientes. En ella, debe aparecer la harina o sémola integral o de grano entero como primer ingrediente.  En cualquier otro caso no estaremos frente a un alimento integral.
     
    Productos Light
    Presenta al menos un 30% menos de Kcal que sus homólogos. Por tanto, que un producto sea etiquetado como light no significa que no tenga muchas calorías, sino simplemente que tiene menos que sus iguales.

    Libre de grasas
    Sirve para aquellos productos con menos de 0,5 gramos de grasa por cada 100 gramos. Pero no sólo hay que fijarse en la cantidad total de grasas que tenga, sino en la calidad de las mismas para que sea saludable. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra no es bajo en grasa, pero tiene muchas ventajas a nivel cardiovascular.

    Sin azúcares añadidos
    Indica que a lo largo de la elaboración de un producto no se le han añadido azúcares extra, pero no significa que no los lleve naturalmente. El ejemplo más claro son los zumos o mermeladas sin azúcares añadidos, ya que los tienen de manera natural en la fruta con la que se han elaborado.

    Imágenes: Instagram.

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