Hay un hecho confirmado por encima de todas las cosas, si quieres reducir la silueta la solución pasa por reducir la ingesta de alimentos y optar por aquellos bajos en grasas, calorías y procesamientos. La teoría es conocida por todos, pero en el momento de la práctica, un deseo casi irrefrenable por comer todo aquello que se ha limitado desafía la fuerza de voluntad.

La ciencia ha investigado este fenómeno que en fechas como la actual sucede a millones de personas. El resultado ha sido que se podría prevenir y evitar con un tratamiento adecuado. Todo se debe a procesos cerebrales que nos llevan a comer más comida de la que podemos o debemos digerir.

El detonante se encuentra en una región celebral que está conectada con las tendencias a excederse como respuesta a estímulos externos. En este estudio han descubierto cómo se produce ese vínculo entre los estímulos externos y la búsqueda de esa satisfacción inmediata.

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