emocion
  • Piel

    La piel grasa también se hidrata

    28 septiembre, 2020 Redacción

    Conocer el tipo de piel de cada uno es básico para poder ofrecerle los tratamientos y cuidados que necesita. De no ser así, es posible que, aún creyendo que lo estamos haciendo todo bien, un tratamiento inadecuado no sólo no atenúa el problema a tratar, si no que lo intensifica. En este sentido, uno de los tipos de piel que más quebraderos de cabeza trae tanto a hombres como a mujeres que la sufren es la piel grasa.

    El exceso de sebo de los cutis grasos puede presentarse a causa de una gran variedad de factores: una alimentación inadecuada basada en el consumo de grasas saturadas, por causas genéticas o hereditarias, desarreglos hormonales, estados de estrés, ansiedad, obesidad… Todos ellos desembocan en una piel grasa, fácilmente reconocible a simple vista por el aspecto poroso y brillante del cutis.

    La piel grasa se presenta sobre todo en adolescentes o en jóvenes menores de 30 años (al menos con mayor intensidad), ya que es durante estos años cuando el cuerpo humano experimenta más cambios a nivel hormonal, lo que hace que la piel se resienta mostrando alteraciones cutáneas típicas de la piel grasa. Sin embargo, si no cuidamos correctamente el cutis durante este período, es muy probable que el exceso de grasa permanezca durante mucho más tiempo. Si bien es cierto que, con los años, el exceso de sebo se va normalizando y finalmente se concentra en la zona T del rostro –frente, nariz y barbilla–, de forma que resulta más fácil controlarlo.

    Además de la limpieza, la piel grasa necesita hidratación. Es fundamental que utilicemos cremas para piel grasa que nos ayudarán a controlar los brillos, difuminar los poros y evitar los granos. “No hay que confundir el sebo o la grasa con la hidratación de la piel. Una piel grasa que está bien hidratada suele ser preciosa”, asegura Natalia Olmo, experta en cosmética natural y fundadora de la firma Maminat. “Las pieles grasas deben hidratarse la piel con productos específicos para ese tipo de dermis”, apunta.

    ¿Qué sucede cuando la piel no se hidrata adecuadamente? Pues que, para compensar la falta hídrica, produce más grasa. Cuando la piel está bien hidratada, se forma una capa protectora contra las agresiones externas como el sol, el viento, el frío o la contaminación, reduciendo así la necesidad de producir más sebo para cumplir con la importante función protectora.

    En palabras de Olmo, la rutina ideal del cuidado de la piel, tanto si es grasa como si no, es la siguiente. “Dormir bien, eliminar el estrés, beber agua abundante y, cuando todo eso lo hemos cumplido, usar una buena hidratación por la mañana, nutrición por la noche y limpiarnos el rostro diariamente para evitar impurezas, suciedad que se acumula por la polución y retirar el maquillaje en caso de que lo hayamos utilizado”.

    Natalia recomienda el uso de hidratantes con aceites vegetales. Si un producto está compuesto por aceites, en el imaginario colectivo, inmediatamente aparece la idea de textura grasienta o de cara brillante. Sin embargo, existen aceites vegetales no comedogénicos ni oclusivos que son perfectos para mantener el equilibrio hidrolipídico del cutis. “Los aceites vegetales naturales, los que se utilizan en la cosmética ecológica, son extraídos sin alterar la composición natural del fruto ni sus propiedades”, explica Natalia. “Aunque estemos hablando de aceites, su textura no nos deja una piel untuosa u oleosa, sino todo lo contrario, presentan un sinfín de funciones nutritivas y regulan la producción de sebo”.

    La hidratación es fundamental en cualquier tipo de piel, pero especialmente si hablamos de pieles grasas. Conviene optar por una crema no comedogénica y que incluya aceites vegetales en su formulación, como la crema facial hidratante para pieles grasas de Maminat, que hidrata, calma, ayuda a controlar el exceso de sebo y reduce visiblemente la sequedad y el enrojecimiento. Contiene aloe vera, que sirve para reducir la inflamación, las cicatrices y los signos del acné y tiene efectos muy hidratantes para la piel; vitamina E, un poderoso antioxidante natural; y aceites de sésamo, ricino, oliva y de almendras dulces, con propiedades regeneradoras, antiinflamatorias y antibacterianas.

    Imágenes: D.R.

  • Uso de cookies

    Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar el servicio y mostrarte publicidad personalizada basada en tu navegación. Si continuas navegando, aceptarás su uso. Más info o cambio de configuración aquí.

    [x]