Lo confirma el último nombramiento de L’Oréal Paris. Su nueva embajadora es casi septuagenaria, sus arrugas no han sido eliminadas por photoshop y los cánones de su cuerpo nada tienen que ver con esa otra raza que son las súper modelos. Helen Mirren (69 años) es la nueva portavoz de la firma y ha sido elegida por una encuesta realizada entre sus clientes.

“No soy perfecta y nunca lo fui, pero siempre he tenido buen aspecto y me enorgullece seguir teniéndolo”, dice la actriz en el comunicado oficial de su nombramiento. Es en esta línea de la belleza real hacia donde las marcas cosméticas están derivando su estrategia.

«Espero poder inspirar confianza a otras mujeres haciendo que puedan sacar el máximo de su aspecto natural», continúa Mirren.

Dejar a un lado las campañas antiaging protagonizadas por féminas que rara vez habían superado la treintena es el nuevo objetivo de las marcas cosméticas.

En los últimos meses hemos sido testigos de cómo Charlotte Rampling (68 años) era imagen de la línea de labiales Audacious Lipstick Collection de Nars, firma a la que también se ha unido Tilda Swinton (53 años). Por su parte, Jessica Lange (65 años) se presentaba cómo el rostro de la nueva colección de maquillaje de Marc Jacobs.

Fue en 1999 cuando la firma Lancôme despidió, tras 10 años de colaboración, a Isabella Rosellini que entraba en la cuarentena y era «demasiado mayor». Quince años más tarde, la industria ha replanteado sus bases. La población cada vez es más madura y lo mayor ha dejado de ser sinónimo de caduco y viejo. Una nueva guardia de mujeres independientes, seguras y contentas tal y como marcan un hito en que ha abierto una nueva puerta al marketing, que pretende congraciarse con un hasta ahora olvidado público.

Imágenes: D.R.