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    27 diciembre, 2017 Redacción

    Si has comenzado a practicar yoga o lo tienes como uno de los propósitos de año nuevo te adelantamos que se avecinan cambios en tu dieta. Esta filosofía trae consigo una toma de conciencia más amplia que demanda hábitos más equilibrados, entre los más obvios: la alimentación.

    Platos nutritivos en los que predominen las verduras, las hortalizas, las legumbres y proteína de alta calidad, sobre todo vegetal, con productos frescos, de temporada y proximidad, ecológicos en la medida que se pueda son su base, según os indican los expertos en nutrición del restaurante Bendita Locura. En cambio se limitan los alimentos que puedan resultar excesivamente calientes, picantes, grasos, salados, secos o de origen animal, salvo en el caso de los lácteos fermentados como el kéfir o el yogur, o los descremados, recomendables para reforzar el sistema inmunológico y la flora intestinal.

    Poco, despacio y conscientemente
    Para una óptima digestión, es fundamental masticar bien los alimentos y favorecer un bolo alimenticio que llegue correctamente a nuestro estómago, con gran parte del proceso ya hecho, que sumado al descanso, una correcta respiración, el ejercicio físico y una actitud siempre positiva, suponen los pilares básicos del yoga y cómo no, de la salud a nivel global.

    Diana González, del restaurante Bendita Locura Coffee & Dreams, puntualiza a este respecto: “Lógicamente, las personas que practican el yoga tienen que ser fieles a su estilo de vida, lo que conlleva asumir los planteamientos en los que se basa, por tanto, los platos procesados o precocinados, así como productos refinados y grasos, deben ser apartados de la dieta y optar por los más sanos, no necesariamente crudos pero sí escasamente cocinados”.

    Uno de los aspectos más importantes para quienes realizan yoga, no radica tanto en lo que se come, sino cómo se come: “Nuestro ritmo de vida diario permite a pocas personas cumplir estos preceptos al pie de la letra, pues es complicado comer despacio, llevar poca cantidad con el tenedor a la boca y masticar más de 25 veces, pero más allá de que sea importante para los amantes del yoga, es primordial para todo el mundo en general, ya que se trata de pautas que abogan por un buen estado de salud integral, al margen de otros condicionantes” – comenta David Monzón, uno de los propietarios de Bendita Locura Coffee & Dreams.

    Cenar como un yogui
    Aunque el desayuno y la comida resultan fundamentales para la practica del yoga, la cena debe ser la comida más ligera. La fruta se descarta de la ecuación por posibles fermentaciones durante la noche, lo mejor es optar por proteína acompañada de verduras, hortalizas o algún cereal de bajo índice glucémico. «Para los yoguis, es básico fortalecer huesos y proteger nervios y músculos, lo que queda garantizado con el potasio y manganeso de la remolacha, así como el selenio de las crucíferas y hongos, ya que combaten los radicales libres también por su gran cantidad de antioxidantes», indica diana que recomienda completar o sustituir estos alimentos por una ensalada de quinoa o hummus.

    Para terminar siempre se recomienda una infusión tras la cena, que sin estar muy caliente, favorezca la digestión, como por ejemplo de boldo, regaliz, anís o hinojo.

    Imágenes: unsplash, D.R.

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