El efecto photoshop en muslos y caderas es una ilusión. Pero hemos descubierto una técnica que alivia el relieve provocado por la celulitis. Esta afección aparece en la mayoría de las mujeres tras la pubertad y se debe a la acumulación de grasa subcutánea, que se entremezcla con un tejido conectivo fibroso e hipertrofiado, cuya matriz se hace más densa y tóxica. No siempre está ligada al exceso de peso, ya que pueden influir otros factores como las hormonas, una mala circulación o la falta de colágeno.

Las ondas de choque son capaces de destruir los adipocitos y descomprir los nódulos de grasa encapsulada que dan lugar a la celulitis. Son acústicas y se uitlizan para tratar otras patologías como litiasis renales o los cálculos pancreáticos. A diferencia de los ultrasonidos que ejercen un efecto térmico, estas lo desarrollan mecánico y se caracterizan por generar una energía cinética que se introduce a través de la piel, produciendo una vibración que afecta al tejido conectivo.

Su acción consigue generar reacciones intercelulares y cambios moleculares en las células grasas, que conducen a su destrucción. También aumentan la microcirculación, gracias al crecimiento de nuevos capilares y al aporte aumentado de oxígeno y estimulan los fibroblastos que generan colágeno de mayor calidad con el que se asegura la formación de tejido nuevo.

Además, desintoxican el espacio extracelular del adipocito y eliminan los residuos que lo encharcan, poblándolo de radicales libres, produciendo edema y aumentando la acidez del tejido.

Como resultado, se mejora en uno o dos grados la celulitis previa. Mejora la elasticidad y el tono muscular. Asimismo se aumenta la microvascularización y se pierde volumen en el contorno del área. ¿El extra? Suaviza las retracciones cutáneas, cicatrices y estrías.

Imágenes: peles.

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