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    Protege tu piel contra el frío

    13 enero, 2021 Redacción

    La farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermocosmética, nos cuenta cómo cuidar durante estos días la piel del rostro y también la de las manos, ambas especialmente sensibles al frío y a los cambios de temperatura.

    ¿Cómo afecta el frío a la piel?

    Con temperaturas muy bajas, la producción de grasa disminuye, por lo que la película protectora natural de nuestra piel se vuelve más fina, esto provoca la deshidratación, al no poder retener la humedad. Además de las temperaturas bajo cero, hay otro factor que puede aumentar la deshidratación de nuestra piel: el aire seco de las calefacciones. Es normal que exista mucho contraste de temperatura entre el exterior y el interior y estos cambios también afectan a la piel. Todo esto puede provocar sensación de tirantez, enrojecimiento, descamación, hormigueo y picor.

    La piel del rostro es la más expuesta y por lo tanto la más sensible, y dentro del rostro hay que prestar especial atención a los labios y al contorno de los ojos. También las manos son muy propensas a la deshidratación y más con el lavado frecuente o el uso de hidrogeles. No podemos olvidar tampoco el resto de la piel que, aunque esté cubierta por ropa, también puede sufrir los cambios de temperatura.

    Aunque todas las pieles pueden sufrir deshidratación, incluso las grasas o mixtas, las más sensibles son las pieles secas, las pieles que sufren alguna patología dermatológica como rosácea o dermatitis, las pieles hipersensibles y las pieles maduras.

    ¿Cómo cuidar la piel en los días más fríos del año?

    – Durante la ola de frío es esencial proteger la piel de la deshidratación. Para ello es importante incrementar la hidratación con cremas y aceites.

    – Además de hidratar todas las mañanas, después de la limpieza, aconsejamos rehidratar siempre que se note la piel tirante.

    Por la noche, después de la limpieza, también hay que hidratar, por ejemplo, en pieles secas, podemos optar por aplicar algún aceite.

    – Un par de veces a la semana, conviene utilizar una mascarilla hidratante.

    – No podemos olvidar el contorno de los ojos, aplicando una crema específica en esta zona, que al tener una piel más fina, también puede sufrir más los efectos del frío.

    – Y, por supuesto, hay que usar un bálsamo labial para hidratar los labios tantas veces como necesitemos. Si vamos a estar en el exterior, aconsejamos elegir un bálsamo con protección solar.

    – En el cuerpo, después de la ducha, conviene aplicar una loción hidratante, ya que, aunque esta piel esté tapada y más protegida del frío, puede también sufrir sequedad. En pieles sensibles y secas, hay que elegir geles de ducha hidratantes.

    – Por otra parte, hay que prestar especial atención a las manos que hidrataremos, siempre después de lavarlas.

    – Esencial: usar protección solar en el rostro si vamos a estar expuestos. El reflejo de los rayos UV en la nieve puede provocar quemaduras en la piel.

    Conviene evitar las fuentes de calor directa: cuando llegamos de la calle congelados, es muy tentador poner las manos en la calefacción, pero debemos evitarlo porque ese contraste de temperaturas es muy dañino para la piel. De igual manera, tampoco conviene abusar de duchas largas con agua muy caliente, porque también pueden provocar deshidratación cutánea. Es mejor ducharse con agua tibia.

    – Si hemos sufrido irritaciones, hay que aplicar cremas específicas calmantes que nos ayudarán a reparar la barrera cutánea. En casos más graves, lo mejor es consultar con un experto para valorar cada caso.

    Imágenes: D.R.

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