Aunque sigas un exhaustivo ritual antes de entregarte a la arena, es posible que vuelvas a casa con la piel tostada. Los motivos son múltiples, comenzando porque utilizamos menos protector solar del que deberíamos. Aproximadamente se necesita la cantidad que correspondería a un vaso de chupito para cubrir todo el cuerpo de forma eficaz. Pero existen también estrategias que consiguen un escudo extra.

1. Exfolia, hidrata y protege.

Con esta cadencia el factor de protección solar será más eficaz. La exfoliación, seguida de la hidratación reducirán la capacidad de evaporación de la piel, con lo que el fotoprotector resistirá más.

Exfoliante de coco, de The Body Shop.

2. Cuidado con las zonas sensibles.

El rostro, el escote, cuero cabelludo, la cara, y los hombros son zonas con la piel más fina, por lo que necesitan un aliado extra. Cubre los lugares donde no puedas aplicar crema con un sombrero, gafas de sol… Y en los que sí te lo permitan, utiliza alta protección y sé más constante. Existen fórmulas específicas para el contorno de los ojos que además previenen las ojeras.

Phisical eye Uv defense, de Skinceuticals.

3. Solución al cabello.

El cuero cabelludo también se quema. Si llevas trenzas u otro peinado que marque rayas sobre él, deberás protegerlo. Existen productos en polvo que funcionan sin dejar un acabado aceitoso en la zona.

Protector en polvo con aplicador, de Peter Thomas Roth.

Imágenes: @hannegabysees, D.R.