Parece que Katy Perry se ha cansado de la explosión de color a la que acostumbran sus looks. Azul, morado, rosa e incluso verde son los tonos por los que ha pasado su melena que ahora se acomoda en el castaño oscuro, casi negro. Un cambio de pantone que lleva de pies a cabeza y que marcó su aparición durante la presentación de la película sobre su última gira Katy Perry: The Prismatic Tour.

El lado más oscuro de la estrella del pop se muestra en un maquillaje gótico, que toma en los labios un efecto magnético. Con un recogido muy texturizado que cedió el protagonismo a piercings y pendientes metálicos, la cantante se convirtió en un icono dark, al menos por una noche.