Dos de las figuras más influyentes de la historia de la moda, Azzedine Alaïa y Cristóbal Balenciaga, juntos en Escultores de la forma, una exposición esencial para entender la moda organizada por el Museo Cristóbal Balenciagaa de Getaria, inagurada el 30 de abril y que permanecerá abierta hasta el 31 de octubre de 2021. La exposición, comisariada por Olivier Saillard y Gaël Mamine, está organizada por la Fundación Azzedine Alaïa en colaboración con el Museo Cristóbal Balenciaga.

La exposición ofrece una conversación visual entre los creadores que fue impulsado por primera vez por el discípulo de Balenciaga, Hubert de Givenchy. Tras el fallecimiento de Alaïa en 2017, Givenchy se propuso iniciar este diálogo entre los dos grandes de la moda.

Azzedine Alaïa fue uno de los primeros coleccionistas de obras de Balenciaga y otros grandes modistos. Desde el momento en que se presenta la última colección de la Casa Balenciaga en 1968 y finaliza la actividad de los salones y talleres, sus creaciones comienzan a trascender su valor material como indumentaria de moda para convertirse en objeto de colección y perdurar en el tiempo. La colección Alaïa cuenta con piezas de Balenciaga que no se conservan en ninguna otra institución. «El ‘couturier’ veía en Balenciaga una fuente de conocimiento e inspiración como lo fueron para el propio Balenciaga otras creadoras, como Lanvin o Vionnet», según explica la directora del Museo Balenciaga, Miren Vives.

Para Azzedine Alaïa, Cristóbal Balenciaga era “el más querido, el más apreciado”. Ambos compartían un equilibrio perfecto de medidas y volúmenes. De sus manos y mesas de trabajo, los vestidos nacían de la determinación y el dominio de la técnica que los dos modistas manejaban magistralmente. En la historia de la moda, estas dos grandes figuras silenciosas, inmunes a los efectos de las tendencias, han tenido mucho que decirse la una a la otra.

Sus diseños dialogan, en el Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria, mostrando un sorprendente número de elementos compartidos. Sus creaciones son verdaderos ejemplos de arquitectura, que nos recuerdan lo singulares que fueron los dos couturiers en su tiempo, y lo atemporal de su legado, hoy en día.

Imágenes: D.R.