No lo podemos evitar. San Valentín se convierte en la mejor excusa para estimular la pasión de los enamorados. Lejos de la gran ciudad te proponemos tres pequeños paraísos para pasar un fin de semana inolvidable.

Ponte de Lima (Portugal)

A 40 minutos de Oporto encontramos la villa de Ponte de Lima. El destino ideal para un fin de semana tranquilo en el que la compañía de tu pareja sea lo importante. El abrazo al universo bohemio de un territorio fresco y lleno de color.

Nuestro flechazo: Carmo’s Boutique Hotel. Un estancia única con un viñedo como telón de fondo. Su espacio de líneas puras aúna tradición y modernidad. Deliciosamente decorado y unas insuperable vistas al río Miño encumbran a este universo natural como la ocasión perfecta para disfrutar acompañado. Su bodega y su cocina de platos típicos ponen la guinda a su oferta.

Sudáfrica

Oscar al destino virgen por excelencia. El África austral es una joya natural llena de áreas protegidas y grandes playas en el que los accidentes geográficos se convierten en un reclamo para los turistas que esperan huir de las grandes aglomeraciones.

Nuestro flechazo: Singita Boulders Lodge. A las orillas del río Sand y dentro de la reserva de Sabi Dans. Doce habitaciones emplazadas en uno de los paisajes más desconocidos de la geografía africana. El lugar perfecto para realizar una escapada y desconectar bajo el silencio de la naturaleza en estado puro. Líneas contemporáneas combinadas con una orgánica estructura son las claves de su diseño.

Los Alpes (Suiza)

Con la temporada invernal llegando a su cierre, apuramos las horas para disfrutar del ambiente nevado de Suiza. Los amantes del deporte están de enhorabuena. Con la mitad de su superficie superando los 1.200 metro de altitud hacen del país el verdadero paraíso para aquellos que practican esquí.

Nuestro flechazo: The Alpina Gstaad. Cálido y acogedor. Así se describe este hotel de lujo en plenos Alpes suizos. Una joya para los amantes del deporte blanco y del descanso. Su oferta se completa con su spa Six Senses y el insuperable menú de su restaurante Sommet, que puede presumir de una estrella Michelín.

Imágenes: D.R.