Te presentamos las propuestas más sofisticadas de la moda para la próxima primavera. Un adelanto del estilo que veremos en la próxima gala de los Oscar.

Versace.

«Los cuerpos de la mujer son curvilíneos, sensuales, se trata de se feliz con ellos. Estar sexy siempre es bueno», declaraba Donatella Versace en el backstage de su desfile.

Un show que dejó mucha piel al descubierto con vestidos que se adaptaban de forma fiel a la anatomía.

Piezas largas con aires setenteros que cumplirán los requisitos de las clientas de Donatella sobre la alfombra roja.

Giambattista Valli.

El creador ha introducido en su delicado universo piezas masculinas, pero siempre desde la feminidad. Pantalones cubiertos por tules o chaquetas en tweed que recuperaban el legado de Chanel han dado pie a piezas de romance estival con flores, tules y transparencias.

Los brocados barrocos han cerrado un desfile en el que el negro ha engastado con blancos, cremas y rosas clásicos de la firma.

Dior.

«Es un camaleón, capaz de reinventarse», así hablaba Raf Simons sobre David Bowie, el referente en su desfile de costura.

Vinilo, tecnicolor, mallas con prints gráficos que reinterpretaban las que vistió en los setenta su Ziggy Stardust y los vestidos dieciochenos que forman ya parte del ADN de Simons.

La mezcla ha sido una de las consignas de su propuesta, tanto en tejidos (con el plástico como uno de los protagonistas) como en colores, en una salida a pasarela que clamaba juventud.

Schiaparelli.

Amalgama de estilos y épocas. Sastrería, glam, siluetas retro, estampados seventies, aplicaciones…

Una fiesta sobre la pasarela inspirada en la colección Stop, Look & Listen que Elsa presentó en 1935.

Las piezas se elongan y toman carácter singular para renovar el concepto de power dressing.

Imágenes: L’Estrop, D.R.