Las alpargatas irrumpieron en la industria de lujo en los años 70, cuando el matrimonio español formado por Isabel y Lorenzo Castañer aceptaron el encargo de Yves Saint Laurent de realizar unas alpargatas con cuña. Como cada vez había menos payeses para quienes fabricar alpargatas rústicas y funcionales, aquel encargo supuso el comienzo renacimiento de este humilde calzado. Después, en 2011, llegaría la versión de Karl Lagerfeld: los clásicos salines bicolores de la Chanel con suela de esparto y logo cosido al empeine. Un año más tarde, Valentino lanzó las alpargatas con tela de encaje.

Para entonces, la alpargata ya se había ganado un espacio propio en la industria del lujo. Actualmente, casi todas las firmas de lujo tienen su versión, desde las ya mencionadas hasta otras más recientes como Gucci, Burberry o Chloé.

Sin duda se trata de un calzado asequible, una manera, si se quiere, de adquirir lujo sin arruinarse  Las alpargatas de Valentino de la imagen principal, realizadas con piel y adornadas con tachuelas doradas, tienen un precio de 580€. Pero Uterqüe ha lanzado unas prácticamente iguales, con alguna diferencia: la apertura en la base del tobillo, la pulsera de una sola vuelta y las tachuelas redondas de la versión low-cost. A decir verdad, la diferencia de precio es mayor que la diferencia de diseño: de 580€ a 89€.

Imágenes: D.R.