La descubrió Sarah Douglas en el aeropuerto JFK de Nueva York con tan solo 14 años. Desde entonces, Kate Moss es la celebrity con mayúsculas. Su atípico canón de belleza fue la mejor carta de presentación para la británica, que con tesón se gano un hueco en el mundo de la moda. Musa (y amiga) de grandes diseñadores, ella es, sin duda, el icono de estilo por excelencia.

Moss ha sido y es una fuente inagotable de tendencias. Capaz de construir su propio estilo fuera de convencionalismos y sin la mano de ningún estilista. Las Hunter, Ugg, pantalones pitillo o el leopardo son algunos de los clásicos que la modelo ha ido reeditando (con acierto) en su armario y la responsable de que tengan un hueco en el nuestro.

Heredera del espíritu boho-vintage, Moss se desmarca aportando a su estilo ese actitud roquera que caracteriza su particular vida. Salpicada por escándalos, sólo ella ha sabido reentabilizar e imponer con éxito su imagen.

DE DÍA

La modelo apuesta por clásicos. Camisa anudada al cuello, trench, pantalones oscuro (pitillos o de campana) y gafas de sol oscuras. Ya sea para acudir a un desfile (como en la imagen de la derecha) o para una mañana de compras con amigos (izquierda), Moss apuesta por piezas de lo más british con ese punto bohemio chic que la caracteriza.

DE NOCHE

Transparencias, estampados, vestidos largos o abrigos de pelo son las claves para sus veladas londinenses. Una frescura eterna la de Moss que siempre convence con sus arriesgados y poco convencionales estilismos.

Imágenes: Cordon Press.