Katy Perry celebró ayer su cumpleaños subida al escenario. La cantante, que cumplía 31, fue la encargada de animar la campaña de Hillary Clinton a la Casa Blanca durante un acto en el Estado de Iowa.

Si Obama ha conseguido tener a Beyonce entre sus filas, ahora la mujer de Bill Clinton ha decidido apostar por la imagen de Perry, de ascendencia católica, como rostro visible para la causa. «A veces es importante rugir para defender aquello por lo que luchas», dijo durante el acto la candidata. Un guiño a uno de los temas más emblemáticos de Perry, Roar, que se ha convertido en un himno.

Enfundada en un entallado vestido blanco de lentejuelas, turbante y capa de Estado Unidos, la intérprete cantó Firework y Roar, dos de sus temas más populares.

Esta no es la primera vez que la cantante actúa en eventos nacionales. La Superbowl marcó el inicio aunque ahora apuesta por una estética más cuidada con guiños divertidos característicos de su estilo personal.

El acontecimiento, convertido en una fiesta, dista (y mucho) con iniciativas españolas similiares como la del 2008 cuando artistas como Miguel Bosé o Ana Belen apoyaron la campaña de Zapatero. «Ella son mis fuegos artificiales», confesaba Perry. Con esta frase que ponía fin a la jornada de música y política.

Imágenes: D.R.