Casi un mes ha pasado desde que Kim Kardashian decidiese apartarse de la vida pública. Un corte en seco de alguien que acostumbra a exponer su intimidad incluso a través de un programa de telerrealidad (Keeping up with the Kardashians).

Tras sufrir un violento robo en su hotel de París durante la Semana de la Moda de la ciudad, la celebrity confiscó su imagen y su presencia hasta ayer. Fue para asistir a un concierto de su marido, el rapero Kanye West, en The Forum en Los Angeles. Según comenta Entertainment Tonight, lo hizo acompañada de una docena de guardaespaldas, de su hermana Kourtney y su amigo Jonathan Cheban.

Aunque Kim había frenado el rodaje del programa sobre su vida y el de su familia Keeping up with the Kardashians, en el evento se vieron cámaras en torno a la artista que pueden significar una vuelta del show.

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