Barbies, alimentos pop y dibujos animados son las referencias con las que Jeremy Scott ha reinventado el universo de Moschino. Pero ayer, el estadounidense sorprendió en Milán con burbujas, agua y trenes de lavado.

El próximo verano el pantone de sus traje de chaqueta toma vivos amarillos, naranjas y tejidos reflectantes inspirados en conos de carretera y señales de tráfico. De hecho, estos conos son uno de los motivos principales de la colección, sirviendo también como sombreros.

Los vestidos de noche se adornaron con tiras inspiradas en las que recubren los cilindros de lavado, algunas con volumen los emulaban con plumas de colores.

La cultura pop sigue presente en forma de luminosos que visten outfits como broches XXL y estampados de la serie animada Las Supernenas.

Preveemos el que será uno de los objetos de deseo de la próxima temporada: una funda de móvil con forma de limpia cristales.

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