Insostenible. Al menos para la creatividad. Esta es la situación que ha empujado al modisto francés a abandonar el pret a porter para centrarse en la alta costura, sus perfumes y colaboraciones especiales. Hasta el momento el diseñador creaba dos colecciones al año, otras dos de alta costura y dos más masculinas. A esto hay que añadir otras dos anuales, ya que también ocupa la dirección creativa de Hermès.

«El ritmo frenético de las colecciones no deja ninguna libertad para tener ideas frescas e innovar», comentaba el propio Gaultier al diario de moda wwd. El ciclo de la moda, sometido a presiones marketinianas se ha acelerado, incluyendo en su calendario incluso una precolección y otra crucero.

La falta en la semana de la moda parisina del que fuese el enfant terrible de la moda, se hará notar sobre la pasarela. En sus 38 años de carrera, sus desfiles eran una explosión creativa, no solo en el diseño sino también en la puesta en escena. En su desfile de despedida, el show ha primado sobre la ropa. Modelos de todas las edades vestidas de reinas de la belleza, un stiptease servido por Rossy de Palma, adornado con máscaras de lucha mexicana para cerrar la colección. En lo que respecta estrictamente a moda, sus irónicas rayas marineras, trajes sastre y vestidos capa.

Tendremos que esperar hasta enero para ver qué nos trae de nuevo el genio de Gaultier.